Cumpleaños Feliz (y van 113)
Tal día como hoy, 19 de abril, el Puente de San Pablo cumple 113 años. Naciste con mala estrella, viejo puente, qué le vamos a hacer. Después de tu ilustre predecesor, nada de lo que ahí se pusiese iba a tenerlo fácil. Eso sí, tuviste atrevidos comitentes: un obispo de altos vuelos y una clerecía peleona que tenían que restañar el orgullo herido y aún soñaban con una tradición de gloria. Los dineros no fueron tantos, eso también, y bien que lo notaste. La obra estuvo gafada, con inoportuno temporal de viento, aunque te ensamblaron operarios muy hábiles. La inauguración muy fina y de postín, con discurso grandilocuente y meneito zumbón a cargo de algún desaprensivo. Aunque te dijeron de todo, fuiste la modesta aportación de Cuenca a la gran arquitectura del hierro. Luego a ver pasar el tiempo, alegrías y penas, guerras y paces, tablas rotas y ensueños zobelianos de vendavales oníricos, primeros amores y últimas desdichas, Seiscientos despistados, fotos principescas en el Hola, escenificación para catervas de políticos, inspiración de mangas nipones y, como colofón, fetiche turístico para oleadas de visitantes afectos al cliché y al tópico simplón, cuando te matrimoniaron con los balcones colgantes del arquitecto Alcántara. No te quejes, que no ha estado tan mal. Menudo circo, eh, quién te lo iba a decir. Si levantaran la cabeza Fuster y Bartle... ¡ Ah no, perdón, que ahora eres de Eiffel ! Que cumplas muchos más.
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