Consuegra





Consuegra es un destino turístico al que desde Cuenca vamos poco. No es únicamente por la distancia, que ya es muy respetable, sino también porque en esta deslavazada comunidad autónoma, el turismo participa de la tónica general y adolece de una desvertebración evidente. Poner el centro de gravedad de la promoción turística regional desde hace muchos años en un manido tópico cervantino (por muy universal que sea), tampoco ayuda mucho, pese a que pueda parecer lo contrario.

Incluso las pocas veces al año que desde Cuenca llevamos grupos a Ciudad Real o Almagro, es raro que la ruta toque Consuegra, que está un tanto apartada y supone unos kilómetros más a una ruta ya muy cargada. Es una lástima, porque es un destino que funciona y que supone un alto grado de satisfacción a nuestros distinguidos clientes. De entrada, escenográfico no lo puede ser más, con la estampa de los doce molinos sobre el Cerro Calderico, manchega donde las haya, con su hilera de cuerpos blancos truncada en dos por la mole del castillo de los viejos caballeros de San Juan, que aquí asentaron, por merced de Alfonso el de las Navas, su Gran Priorato de Castilla y León. Así que Consuegra fue para la Orden del Hospital lo que Uclés para los Caballeros del Apóstol. Por afinidades que no quede, pues Consuegra, como Uclés, tuvo dos célebres batallas, casi en los mismos años y contra los mismos enemigos, en 1097 y 1809. Como en Uclés, las dos acabaron como el Rosario de la Aurora, y si en Uclés murió el infante Sancho, en Consuegra lo hizo Diego Rodríguez, el hijo del Cid. Tal día como hoy, 15 de agosto, aconteció la primera batalla de Consuegra, y tal día como hoy la localidad lo celebra con unas consolidadas jornadas medievales.

En Consuegra el turismo va bien, y grupo tras grupo de turismo internacional suben al cerro en lo que ya se ha convertido en uno de los clichés totémicos de la España imaginada. Podría ir todavía mejor, porque el cerro focaliza demasiado en detrimento de otros recursos en el casco urbano o los alrededores de la población, pero en la época del selfie y el turismo de tópico simplón tal cosa es difícil de evitar. En cualquier caso, si vuesas mercedes caen por allí, deben hacer propósito de reservar el día completo para el citado lugar. A ver la caída y desgracia del joven don Diego ya no llegan este año, pero el último fin de semana de octubre será la Fiesta de la Rosa del Azafrán, que organizándose con algo de tiempo es una ocasión perfecta para visitar Consuegra. Tomen apunte vuesas mercedes, que breve es la memoria.


































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