El Toboso en veinte minutos...
...o de cómo hacer una ronda frenética de fotografías en el tiempo libre que un servidor le ha dado a sus distinguidos y sufridos clientes antes de retornar a Cuenca. A este bello lugar de La Mancha vamos poco, seis o siete veces al año, y solemos ir tan apretados de horario que es utopía tener tiempo para disfrutar de la patria chica de doña Ana Zarco de Morales, de la que se dice estuvo enamorado cierto manco alcabalero de letras universales. Es una pena, porque El Toboso es pueblo manchego relajado, no demasiado grande y asaz bien conservado, con rincones para el solaz y el paseo. También es monumental, de los mejores de los contornos. Tiene una magnífica iglesia, levantada a conciencia por la Orden de Santiago, dos conventos en activo (de trinitarias y de clarisas, con una repostería a la altura del más opíparo pecado capital), unas cuantas ermitas, y casonas con patio, y pozos, y cuatro museos. Sin olvidar por supuesto el recurso estrella, la Casa de la Torrecilla, ll