De nuevo en Cañete.
Sesión de fotos en Cañete, de hace un par de días. Bajo su afilado castillo, empotrado dentro de sus enormes cercas califales y sobre el agua cantarina del río Tinte, Cañete tiene una atmósfera peculiar, con su retorcido urbanismo islámico y una encantadora arquitectura popular que ahí va, sobreviviendo a trancas y barrancas. Una curiosa luz tiene Cañete, muy plástica, necesariamente mañanera, complicada. Pasear tranquilamente por estas callejuelas empinadas y estos vericuetos urbanos, saludando aquí y allá a los paisanos, es un sencillo y maravilloso placer. Entrañable Cañete...