El Cañón del Río de Arcos
El Cañón del Río de Arcos, o Barranco de las Torcas, es uno de los descensos más estéticos y espectaculares del Sistema Ibérico, y un lugar ciertamente mágico, de los que no se olvidan y a los que de tanto en tanto no importa volver, aunque esté tan apartado y aislado. El Río de Arcos es un bravío curso de agua, uno de esos afluentes salvajes del Turia en su curso medio. En su caso, lo de salvaje va en negrita, subrayado y con mayúsculas. De caudal permanente y crecidas espeluznantes, nace en las laderas meridionales de la Sierra de Javalambre, a unos 1.420 metros de altura, aunque recibe vertientes estacionales que descienden de las cumbres, a casi 2.000 metros de elevación. Esta amplia cuenca de captación a gran altura explica un acusado régimen nival de caudal. Su primer tramo -poco más de 6 kilómetros- corre en dirección sur, perdiendo cota rápidamente entre un curioso paisaje de montaña. Tras alcanzar la localidad turolense de Arcos de las Salinas (de la que toma el nom