El Rincón de la Primavera
La toponimia serrana, casi siempre lacónica y práctica, de
vez en cuando sorprende con algún destello de lírica, como este Rincón de la
Primavera en término de Las Majadas, sobre los estrechos del Júcar. A unos 1300
metros de altura entre cumbres más elevadas, el nombre seguramente lo recibe por
ser un verdinal, esto es, un paraje que verdea antes que otros tras el
invierno y que tiende a mantenerse sin agostar por más tiempo en los calores
del verano.
Las fotos son de hace un par de días en una corta ruta de
tarde, con un monte espectacular vestido de un verde radiante, florecido, bajo
un cielo de feroces claroscuros. Es un lugar precioso, este pequeño pedazo de
la Serranía de Cuenca, y de amplias perspectivas. Salvo una única excepción, ya
no queda mucho de las huertas que una vez cubrieron el paraje, perfectos
minifundios y obras maestras de orfebrería agrícola, que aprovechaban tierras
razonablemente fértiles y la abundancia de manantiales. Eso sí, sigue habiendo
mucho ganado, salpicado aquí y allá. Tanto, que el lugar tiene evocaciones de
égloga idílica, bucólica y pastoril, de existencia anclada en el tiempo y refractaria
al paso de los siglos. A la escena solamente le faltaba que, a la vera de un
bosquecillo de quejigos, apareciese alguna serranilla de aquellas, mozas lozanas
de buen donaire, que cantaban Lope de Vega o el Marqués de Santillana, de tanta
delicadeza y apostura que no parecían villanas. Aunque si digo la verdad y
hablando de serranillas, un servidor siempre ha preferido las del Arcipreste de
Hita, aquellas mozonas ceñudas y sañudas que a la primera de cambio te atizaban
con el cayado en el entrecejo y te dejaban acogotado como conejo. En un decir
amén. Ea, cuestión de gustos.
Peonía, o Rosa de Monte |
Puntal de la Molatilla (1436 metros) |
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